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Coincidimos enteramente con la idea de que defender «zonalmente» es saber gestionar los espacios y el tiempo, o mejor dicho, se trata de gestionar colectivamente el espacio y el tiempo, mas esta gestión no pasa por (intentar) ocupar todos los espacios como dice Lobo. Si así lo hacemos, afirma, evitamos muchos retrocesos innecesarios, siendo importante saber que recular para el medio campo defensivo es correr, es retroceder metros sin el balón, es cansarnos, significando esto que, cuando recuperemos la bola, la portería adversaria va a estar lejos y mucho más estará a medida que avanza el partido, por la fatiga acumulada. Por ejemplo, viendo a un equipo que, sin balón, coloque a los alas bien abiertos en medio campo y al delantero bien metido entre los centrales, podemos ser llevados a decir que aquellos tres jugadores no defienden. Por encima, defender es fundamentalmente sin balón, no se trata de comportamientos técnicos con balón.

Yo tengo que estar con un control visual del posicionamiento del balón y de lo que sucede con él, tengo que tener en cuenta un determinado espacio y tengo que tener en cuenta también el posicionamiento de los jugadores. Este chico es un ratón de biblioteca, un militante en el rigor académico, un espeleólogo del conocimiento, pero ha dado un paso adelante frente a aquellos de los que se pueden predicar cosas muy semejantes. Pero no tengo la menor duda de que en el modelo sistémico y su visión holística está el futuro del entrenamiento de este deporte. De todos es sabido que la esencia del fútbol es la zona. Nuno introduce el bisturí en la esencia y en el desarrollo de la zona. A diferencia del personaje de la mitología, Nuno no sube a una montaña, viaja en un círculo concéntrico. Debajo de ella hay una reivindicación del juego en zona, no de la defensa en zona. Y lo hace con faraónica meticulosidad, con enorme respeto, camisetas de futbol replicas rastreando por debajo de la espuma de los conceptos más convencionales.

Me gustaría, para terminar, felicitar al autor por la búsqueda, ordenación y proyección de «nuevas» ideas, donde se valorizan conceptos para un «fútbol más bien jugado». El autor vuelve a ratificar que el fútbol en el fondo es un libro en edición de bolsillo de la vida. Es más, en una parte del libro se toca sigilosamente la puerta del modelo sistémico, pero no se abre. Por lo tanto, nosotros, que habíamos jugado cincuenta y cinco minutos contra una defensa de cuatro hombres, a partir de allí pasaríamos a jugar contra una defensa de tres hombres. La defensa hombre a hombre no permite esa situación”, afirma con convicción. Prólogo Si tiene este libro en sus manos, ya se habrá percatado de que está ante un hombre que hace parecer vagas a las hormigas. Que el lector no se equivoque con el título de este libro. Arriesgamos diciendo que, sólo perspectivando «zonalmente» el «momento defensivo», es posible que un eventual equilibrio defensivo en ataque subsista durante los momentos de transición ataque-defensa. De ahí que varias veces se tenga afirmado que, cuando la «zona presionante» está bien hecha, ¡ No, es una presión adelantada «zonal», o mejor, una «zona presionante» adelantada. Camacho es aún más contundente al no considerar los cambios de orientación adversarios, una debilidad de esta forma de organización defensiva: “No, si yo le doy movilidad a mi equipo.