Gracias a él, Italia se convertía en la mejor selección existente, y en la primera selección en conseguir revalidar el título de campeón, habiendo ganado todos sus encuentros. Italia, liderada por el gran Giuseppe Meazza, y el técnico Vittorio Pozzo, venció a la selección noruega en la primera fase por 2-1, lo que le enfrentaría a uno de sus «viejos» rivales, y organizador del actual campeonato, la selección francesa.