Fue así como, luego del proceso judicial mediante el cual el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a través de la Corporación Buenos Aires Sur, se hizo con las instalaciones en la última instancia de remate y cedió al club el usufructo del estadio y algunas instalaciones aledañas, lo que motivó a los socios, simpatizantes y vecinos a poner manos a la obra para recuperar parte de su esplendor.