Fundamentalmente, nos preocupa el tipo de «intervención» a emprender sobre los adversarios sin balón, sobretodo cuando el autor afirma que la «defensa en zona» “es la ley de todos contra uno”, pues la eficacia y la propia existencia de coberturas y apoyos permanentes entre los distintos jugadores estará, según nuestra opinión, directamente relacionada con la naturaleza de esa «intervención».En el fondo, advertimos que cuanto más los comportamientos de los defensas dependiesen del posicionamiento y movimiento de los jugadores adversarios, más difícil será que la intención de cobertura y ayudas permanentes subsista en el seno del equipo. En un intento de sustentar esta convicción, es importante recurrir a Queiroz (1983) y a Castelo (1986), autores que sintetizan el concepto de «marcaje» como el conjunto de acciones técnicotácticas individuales de naturaleza defensiva, desenvueltas en el absoluto respecto por los principios defensivos, que permiten la anulación y la cobertura de los adversarios y de los espacios libres.
Accame, 1995), designándola como “defensa de zona” y para quien ésta consiste en situar o mantener un bloque defensivo entre la pelota y la portería, donde cada jugador es responsable de una zona, interviniendo en ese espacio a partir del momento en que la pelota entra ahí, sin preocuparse de la posición de los adversarios. Para Caneda Pérez (1999), a pesar de que desde un punto de vista tradicional el término “defensa en zona” (o “defensa zonal”) indique que se le encomienda al jugador la tarea de cubrir su zona de responsabilidad, ésa acaba por ser una explicación genérica y confusa, dado que la atención del mismo no se limita a esa zona, mas sí al desenvolvimiento del partido. En el “juego en zona” de Marziali y Mora (1997), el jugador adversario en posesión del balón debe tener la sensación de estar jugando contra once jugadores. Marziali y Mora (1997) recurren también a las nociones de «lado fuerte», o lado donde se encuentra el portador de la pelota, y de «lado débil», o lado contrario a aquél donde se encuentra la pelota.
Atendiendo al concepto de marcaje, si el adversario entra en mi zona y yo lo marco puede suceder que él escape para el lado contrario al lado donde el juego se desarrolla, o sea, para el extremo contrario de mi zona. Los dos autores destacan también que el equipo deberá procurar estar corto y estrecho, en el sentido de tener superioridad numérica en la zona del balón. Para conseguir recuperarla rápidamente, tenemos que organizarnos, cerrándonos inmediatamente, no con marcajes hombre a hombre, sino a través de una toma de conciencia por parte de los jugadores de que tienen que cerrar de inmediato los espacios de forma que el rival no consiga salir y que nosotros consigamos recuperar rápidamente el balón. Nótese que colocar al rival bajo una reducción espacio-temporal implica necesariamente hacer el «campo pequeño» cerca del balón y, en esta medida, hacer uso del principio de basculación defensiva. “Imaginemos que el rival juega con un 4-3-3, y yo igual. “Siempre que puedan, los jugadores deben estar colocados. Aunque esto obedezca al simple y fácil agrupamiento de jugadores en las inmediaciones del área, lo que para nosotros no es organizar defensivamente al equipo, en la medida de que no existen principios que estructuren de forma sólida y coherente el funcionamiento defensivo colectivo.
Esto lleva a que el equipo, durante el partido, haga muchas veces cincuenta o sesenta metros para atrás y muchas veces cincuenta o sesenta metros para adelante. Un ejemplo práctico nos lo ha dado Mourinho durante su estancia en el Barcelona. Mourinho (2004) afirma que casi todos los equipos de la SuperLiga que juegan contra él “piensan en el hombre por hombre”. Curiosamente, cuando es cuestionado sobre si es mejor defender con muchos o con pocos jugadores, camisetas de futbol Mourinho responde: “Con once”. En esta medida, cuestionado sobre las ventajas de la «defensa en zona», Tiago nos dice: “cuando recupero la pelota es más fácil jugar, porque ya sé dónde están mis compañeros, ya sé dónde están posicionados. En nuestra opinión, esta es, hasta el momento, la perspectiva que más se aproxima a aquélla que consideramos la concepción más correcta de «defensa en zona». Siendo así, un equipo que «defiende en zona» puede perfectamente, de entenderlo así, comenzar a defender sobre la primera fase de construcción adversaria, a la salida del área contraria.